Hablemos de Gay Telese y
El Motel del voyeur
“A principios de 1980, Gay Talese recibió una carta de un hombre de colorado que le hacía partícipe de un secreto sorprendente: había comprado un motel para dar rienda suelta a sus deseos de voyeur”.
Seguramente ya leíste algunas páginas de esta gran obra del periodismo narrativo. Me gustaría que asumieras, por un instante, el temor de Gerald Foos. ¡Imagínate qué pasaría en el lugar donde habitas (la ciudad, el municipio, un pueblo, una finca lejana, quizá tu propia casa…) si alguien descubre que eres un voyerista, dueño de un motel creado para espiar a los clientes!
Cuando nos colocamos en la perspectiva de otra persona frente a una situación determinada, adquirimos una visión completamente distinta. Si me pusiera en los zapatos de Gerald Foots y me encontrara en el lugar donde actualmente resido, las circunstancias serían diferentes pero similares a las de dicho personaje. En la actualidad, vivo en Buga. Si los habitantes descubrieran que soy una voyerista, enfrentaría graves problemas legales.
El voyeurismo es una actividad ilegal que vulnera la privacidad de las personas. Por lo tanto, si me descubrieran, la comunidad afectada tomaría medidas legales y presentaría denuncias tanto contra mí como contra mi establecimiento comercial. Esto podría llevarme a un juicio y, como resultado de las quejas de la comunidad; podría ser condenada a una pena de prisión de 1 a 3 años.
Además de enfrentar denuncias y problemas legales, también sufriría un daño en mi reputación. Si la ciudad de Buga descubriera que soy una voyerista, es probable que hablen mal de mí y tengan una percepción negativa. Esto podría generar dificultades tanto en mi vida personal como en mi vida profesional. En consecuencia, podrían surgir tensiones en mis relaciones familiares y mi carrera se vería afectada.
Por último, pero no menos importante, los ciudadanos afectados podrían presentar demandas civiles buscando una compensación por daños y perjuicios. Esto podría ocasionar la pérdida de bienes o activos e incluso llevarme a la bancarrota debido a la cantidad de personas afectadas.
Si se descubriera en el lugar en el que vivió que soy una voyerista dueña de un motel, y que lo uso para satisfacer mi fetiche, creo que en un principio las personas no sabrán con exactitud a que refiere el término y comenzaran a llamarme “una depravada con un fetiche raro”. Luego de que se enteren del significado de la plabra me juzgaran mucho por mis preferencias y levantarán acciones legales en mi contra por violar el derecho a la privacidad de las personas.
Al vivir en un pueblo tan pequeño sería el tema de conversación de todos, y las opiniones estarian divididas; por un lado habrían grupos de persona que me juzgaran rotundamente por mis acciones y comenzarán a especular que otro tipo de cosas pude llegar a hacer para satisfacer aquel fetiche, por otro lado, las personas que pensarian que mis acciones eran brillantes, y que desearían que se les hubiera ocurrido a ellos en su mente igual de trastornada que la mía.
Las consecuencias legales por mis actos serían notorias con el paso de los días, me llevarían a juicio y mi motel sería clausurado, se iniciaría una investigación, de cómo fue que logré observar a las personas sin que ellas se dieran cuenta. Al estar en Colombia, un país donde las leyes no funcionan de la manera más adecuada posible, mi caso demorará meses, y las personas a las que estuve observando por tanto tiempo, se enterarían de cómo es que desde el momento en que entraron a mi motel fueron observadas en su intimidad por parte de mis testimonios.
Creería que al ser un caso tan escandaloso la ley actuaría de forma eficaz, ya que a nadie le gustaría que una persona con este tipo de preferencias este por las calles observando entre las sombras. Con la presión del pueblo la ley actuará de forma adecuada y rápida de tal modo que pague por las consecuencias de mis actos.
Imaginar una situación de tal naturaleza en Popayán, una ciudad colombiana de notable belleza, resultaría sumamente inquietante y problemático desde una perspectiva moral y legal. En el supuesto caso de que alguien descubriese que se está cometiendo la acción de voyeurismo y que se es propietario de un establecimiento, en este caso, un motel, con la finalidad de observar a los clientes sin su consentimiento, se desencadenaría consecuencias de gran envergadura.
En primer lugar, se enfrentaría a implicaciones legales significativas. La práctica de espiar a individuos sin su autorización constituye una flagrante violación de su privacidad, lo que podría dar lugar a cargos penales y sanciones legales severas, tales como multas sustanciales y la posibilidad de cumplir una condena en prisión. Las leyes relativas a la privacidad y al voyeurismo en la jurisdicción en cuestión serían determinantes en este sentido.
Además, la reputación personal y profesional se vería gravemente afectada. La comunidad, amigos, familiares y otros círculos sociales podrían distanciarse del individuo en cuestión debido a la seriedad de sus acciones. Asimismo, se corre el riesgo de enfrentar demandas civiles por parte de las personas cuya intimidad fue vulnerada, lo que podría resultar en obligaciones financieras considerables.
El negocio propio, en este caso, el motel, estaría sujeto a investigaciones y posibles clausuras por parte de las autoridades competentes, lo que derivaría en la pérdida de la inversión realizada en el mismo.
La estigmatización social también sería un resultado inminente, con el riesgo de aislamiento por parte de la comunidad.
No debe subestimarse el impacto psicológico y emocional que sufrirían las personas cuyas vidas privadas fueron objeto de intromisiones. Esto podría acarrear graves consecuencias a largo plazo en sus vidas.
En resumen, el respeto por la privacidad y la ética son fundamentales en cualquier sociedad. El voyeurismo y la violación de la privacidad representan conductas inaceptables.
Desde mi punto de vista, a nivel social, seguramente se trate de un escarmiento público y demasiadas demandas. En una ciudad tan importante como lo es Cali, seguramente sería un tema que cause mucho revuelo de forma negativa, aunque probablemente podría atraer a varios turistas curiosos.
Existen varios moteles importantes en la ciudad, llenan sus habitaciones en fechas importantes y cuentan con excelentes calificaciones, por tanto, lo más probable es que estos empiecen a tener bajas económicas e investigaciones por parte de las autoridades asumiendo que haya un segundo motel voyerista, en general, el negocio de moteles podría sufrir un gran daño a causa de una noticia tan impactante.
Teniendo en cuenta la cultura latina, lo más probable es que en el barrio o las casas aledañas del motel se empiecen a generar teorías y chismes sobre lo ocurrido. Anécdotas de vecinos y gente cercana de cómo lo sospechaban o como llegaron a ver algo, incluso, inventar historias sobre hechos que nunca ocurrieron en el motel, o decir quién iba con quien o quien, probablemente, fue observado por el voyerista.
Por el lado de los clientes, seguramente se trate de fuertes demandas y también testimonios de personas que asistieron y que seguramente, cuenten con la incertidumbre de si fueron vistas o no.
Y terminando a nivel familiar, probablemente se genere una fuerte conmoción en toda la familia, con un caso así, seguramente se tendrían que enfrentar a duras demandas y problemas legales, además de empezar a ser vistos por el ojo público y la prensa. También dar explicaciones de si sabían sobre las terribles prácticas, y si sabían, cómo no expusieron este caso apenas se enteraron.
Y finalmente, por la parte personal, seguramente huir o esconderse, ya que este tipo de acciones en una ciudad como Cali, no serán bien recibidas por los ciudadanos, y pueda tratarse de una persecución fuera de la ley y tomen la justicia por mano propia, como es común. También, al igual que hizo Gerald Foos, me gustaría que hubiera una forma de contar la historia, que se sepa de mano propia los orígenes y razones del voyerista para cometer estos actos.
La sensación de temor que experimentaría si mi entorno me descubriera realizando este tipo de prácticas sería inimaginable. La idea de defraudar a mis allegados con este tipo de comportamientos y acciones me generaría un temor tan grande que probablemente me lleve a tomar decisiones tan drásticas como desaparecer de la vida de los demás e iniciar una nueva en algún otro sitio.
En primer lugar, mi familia. Es lo que más amo. Mi mamá es una persona que se siente muy orgullosa por los logros de sus hijos y los vive de cierta manera como si fuesen propios. Solamente con el hecho de pensar en todo lo que derivaría de esta noticia en mi hogar, en cómo se sentirían las demás personas de mi familia al enterarse de algo así, me genería desagradado y sólo me lleva a cuestionarme sobre la decepción tan grande que sentiría mi mamá, mis abuelos, mis tíos y mis primos.
En segundo lugar, mi pareja. Es una de las personas (se supone) que más me conoce, a tal punto de depositar su completa confianza en mí como pareja. El hecho de ocultar esa parte tan oscura de mí hace que esa confianza que se tiene se vaya a la basura y se convierta en desagrado. Estoy complemente seguro de la decepción tan grande que sentiría y la tristeza avismal que la invadiría.
Para concluir, la sensación de temor que experimentaría sería profunda y perturbadora. Esta sensación se deriva de la importancia de la relación con mi familia, la posible magnitud de las consecuencias y la poca coherencia que tendría con mi personalidad. El temor a la decepción y la ruptura de la confianza familiar y con mi pareja se convertiría en una gran depresión de la que no esté seguro si algún día pueda salir.
A primera vista, el voyeurismo suele parecerme muy extraño y puedo “condenarlo” como inmoral. Pero, ¿Tengo el derecho de condenar un fetiche simplemente porque yo no lo tengo? ¿Cómo puedo opinar sobre lo que a una persona le excita?
Algo que sí es de suma importancia y no se puede dejar de lado es: mi libertad no puede convertirse en libertinaje. Cuando un deseo, un impulso o un capricho pueden dar como consecuencia afectar a más personas a mi alrededor (de manera negativa), esté deseo deja de ser un “simple deseo” para convertirse en algo más oscuro y retorcido.
El voyeurismo es una práctica que afecta el derecho a la integridad de la personas, porque la práctica usualmente se hace de manera clandestina para colocarle “pasión” a la situación. Pero esté artículo no trata de explicar que es el voyeurismo, y tampoco me compete decir si es o no una práctica que se condena, porque no soy Dios. Aquí, me colocaré en los zapatos de Gerald Foss, personaje principal del El motel del voyeur; y no solo en sus zapatos, sino también en una situación en el que un descuido causó que mi comunidad se diese cuenta de mi fetiche y cómo lo llevaba a cabo.
Dando un primer contexto social, al estar unicados en Sur América las personas son muy “explosivas” o impulsivas a la hora de afectar su integridad de algún modo. Yendo a un plano más cerrado, vivo en un pueblo donde el refrán “pueblo pequeño, infierno grande”, cobra mucho sentido.
Cómo primera reacción, tengo dos respuestas comunes que recibiría: que me “linchen” -palabra coloquial en Colombia, significa golpear gravemente- entre todos o de inmediato recibir denuncias por infringir el derecho a la privacidad y lo papeles firmados al adquirir un motel. Cómo segunda reacción, no tardaría ni siquiera un día en que se corra el rumor por todo el pueblo, dando como resultado una denigración de mi nombre y apellido, afectando así mi vida en todos los ámbitos, laboral, romántico, personal y familiar, porque estaría seguro que estos últimos no querrían ni mirarme a la cara.
Pasado algún tiempo, ya tendría el motel cerrado o embargado, una deuda grande por denuncias y cargos, y posiblemente un par de años en la carcel, dónde como “castigo” sería bastante propenso sufrir de violación de parte de los otros presos.
Imaginando el temor de Gerald Foots en esa situación, puedo entender el miedo que sentiría al pensar en lo que podría suceder si alguien descubriera su comportamiento como voyeur y el motel diseñado para espiar a los clientes. Si estuviera en esa posición, me sentiría extremadamente ansioso y preocupado por varias razones:
1. El desprecio de mi familia hacia mí, esto debido a que mi familia es sumamente religiosa y debido a que la religión especial mente la católica ve estos actos como inmorales y pecaminosos, sería tachada de depravada en mi familia y empezarían a repudiarme de fiestas y reuniones familiares hasta el punto de terminar aislada de todos ellos.
2. Enfrentaría consecuencias legales porque la actividad de espiar a las personas sin su consentimiento es un acto ilegal, lo que podría resultar en demandas con cargos de invasión a la privacidad o acecho lo cual me llevaría a sanciones penales o incluso a prisión.
3. Estaría en una constante presión psicológica debido a que la gran tensión mental y emocional sería abrumadora, lo que podría tener un impacto significativo en mi bienestar psicológico y emocional.
4. Podría llegar a recibir amenazas por parte de las personas a las que espíe llegando incluso a agresiones físicas poniendo en riesgo mi seguridad personal.
5. Tendría que enfrentar la perdida de ingresos y la posibilidad de tener que serrar mi hotel, puesto que es probable que mi hotel sufriera graves consecuencias, incluyendo la pérdida de clientes y la desaprobación de la comunidad llegando incluso a la destrucción de la misma.
En resumen, viviría en temor paralizante y abrumador, y enfrentaría graves consecuencias personales, legales y sociales si alguien descubriera mi doble vida como voyeur y propietario del motel de espionaje. Esta situación sería una pesadilla constante y podría llevarme a un colapso emocional y un daño significativo en todos los aspectos de su vida.
Seguramente sería un escándalo total. El término “voyerista” no sería conocido por las personas del entorno, y al tratar de definirlo, no lo entenderían bajo ninguna circunstancia. Nos encontramos en una ciudad conservadora, de mente cerrada y familias tradicionales, en Buga no habría lugar para alguien con tales pensamientos y deseos, ni tampoco tratarían de comprenderlo.
Considero que es un tema complejo, puesto que no hay monólogo alguno que justifique tales acciones, todo se basa en el mero morbo del personaje, se podría decir que es de mente perversa sin razonamiento alguno.
Es una situación totalmente inmoral, sería algo inaudito y sumamente negativo para la ciudad, puesto que es un sitio turístico y se vería afectado por dicha noticia al reflejar inseguridad y vulneración de la privacidad de quien la visite.
Las consecuencias de tal acto no serían tan lejanas como las que imagina el protagonista; un gran proceso legal, demandas y probablemente la clausura de mi establecimiento. Además, lo más probable es que con todo esto se manche mi nombre, mi reputación como supuesto empresario, la historia acerca de un voyerista en la ciudad sería el tema más sonado, escuchándose de voz a voz, fácil de difundir, ya que nadie creería tal hazaña.
La ciudad es pequeña y las personas se encargarían de esparcir el rumor, podría ser de esas historias que parecen leyendas de lo irreal que suenan, y todo su relato permanece con el tiempo, generación tras generación, algo tan perfectamente calculado y enfermizo no podría olvidarse tan fácilmente.
Lo más seguro es que tendría que irme de la ciudad, encontrar un destino donde no reconozcan mi nombre ni lo perversa que llegaría a ser mi mente, porque la gente estaría tan aterrorizada por recordar mi pasado que tratarían de que no se me olvidara nunca, cargando con el peso de tal humillación y vergüenza por mi oscura adicción.
La obra de Gay Talese es muy descriptiva, usa un lenguaje ameno que resulta agradable de leer y al mismo tiempo crea una atmósfera de intriga para continuar el resto de la historia. Cuando leí este libro, pensé que era cómplice del voyeur, así como el mismo narrador, no me pareció un depravado, incluso tuve la sensación de estar de su lado al querer ver la vida privada de otras personas a través de mi imaginación. Cuanto más leía, más interés sentía sobre el comportamiento de los huéspedes mientras “nadie los miraba”, tanto así, que no quería que lo descubrieran. Esto es lo que me pareció más fascinante de la historia, el haber logrado que me simpatizara el voyeur, quizá porque la mayoría de sus manuscritos eran evidencias de la realidad y no se veía en ellos una intención morbosa, como se menciona en el libro, era un registro de las personas en su forma “natural”, nada de decoros o apariencias.
Tras la idea de sentir que estaba del lado de Gerald Foos, me interesé por saber cómo había sido influenciada por el autor para verlo de esta forma, ya que, en la vida real, si supiera sobre una persona que hiciera un observatorio de la intimidad, tal vez pensaría: “viejo verde, depravado, morboso” y estaría en su contra. Entonces, noté que una de las causas podía ser la forma de articular varios textos como complemento de la historia, además de los manuscritos originales de Gerald Foos, en alguna ocasión el autor menciona a Steven Marcos, para respaldar la idea de que “un voyerista sirve como historiador social’’, y caí en cuenta que, bajo esta idea, empecé a leer la historia como un registro de “estudios de la privacidad” en lugar de verlo como “la violación de la privacidad”. Cambió mi visión completamente sobre el Voyeur y empecé a cuestionarme sobre lo “depravado”, ¿realmente qué se considera depravado? Se prohíben tantas cosas, que podría ser imposible no sentir la curiosidad de conocer qué hay tras aquello considerado una “aberración”.
¿Y si en realidad, lo depravado es la negación de lo que debería ser “natural”? ¿Y si la palabra “depravado” esconde también el deseo de la otra persona de observar?
A lo mejor, si yo fuera voyeur y me descubriera una persona, esa persona querría observar también. Tal vez por el contexto de la actualidad, donde es normal ser “observador” a través de una pantalla, las personas todo el tiempo navegan por la vida de otras personas, se envían “nudes”, “packs” etc. ¿Eso no es parecido a lo que hace el voyeur? Quién sabe… si me enviarían a la cárcel, o me pagarían para ver el show.
El miedo que siente Gerald Foos es el hecho de ser descubierto observando sin el consentimiento de las personas que van a su motel a realizar prácticas sexuales. Si yo estuviera en su lugar, además de temer ser descubierta por los propios clientes del motel y el ser denunciada, asimismo, temería ser descubierta por mi familia, y ser juzgada por ellos después de ser vista realizando dicho delito.
Si alguien descubriría que soy un voyerista, aquí en Buga lo primero que sucedería es que sería publicada en redes sociales con toda mi información junto con la del motel, y hasta información de mi familia, haciendo que todas las personas de Buga y del mundo conocieran la historia. Del mismo modo, sería denunciada y enfrentaría grandes problemas legales, incluso pagando cárcel. De igual manera, el motel sería clausurado.
La reputación que tendría de ser una mala persona me seguiría de por vida, y considero que las personas del municipio se quedarían con la impresión de que soy una persona con problemas mentales por realizar dichos tipos de prácticas, además el impacto psicológico con el que quedarían las víctimas no tiene perdón alguno.
Un caso de este tipo en el municipio de Buga siendo un lugar tan religioso y conservador no podría ser aceptado una practica de estas, ya que sería una ofensa para el municipio y las personas que viven en este, y más por sus creencias religiosas.
Lo más probable es que por ser un pueblo pequeño y muy conservador como lo es El Cerrito, me podrían una etiqueta muy marcada a mi persona, incluso le dedicarían algunos comentarios a mi madre, padre y hermano, juzgarán las palabras que use para defenderme, los actos siguientes que haga después de la noticia, alejarían a sus hijos de mí, e incluso crearían rumores más atroces que el ser voyerista.
También es probable que sienta miedo al salir a la calle pues las personas a las que haya espiado querrían una cierta venganza por romper esa confianza; las familias correspondientes a las personas espiadas empezarían a buscar explicaciones donde me hagan parecer un monstruo, una persona depravada (cosa que sería, no se puede ver con otros ojos a las personas que rompen ese espacio de privacidad) sin ningún tipo de valores, también empezarían a dudar de mi educación, posiblemente el colegio donde me gradué no reconozca mi paso por esas instalaciones o digan que era un mal ejemplo para el resto de estudiantes.
Habrían algunas personas que no lo creerían como mis padres o mis mejores amigos, y tal vez ellos me defenderían de los insultos de las otras personas, hasta que las pruebas demuestren que si soy culpable de dichas acusaciones, entonces allí empezaran a sucumbir al la presión social, algunos simplemente me dejarían de hablar, otros de paso empezarían a tirarme indirectas y palabras ofensivas; poco a poco mi pueblo se encargaría de difundir aquella noticia por todo el país, llamando noticieros y periódicos que puedan hacerle más visibilidad.
Algunos vecinos (estoy segura) dirían que lo suponían por mis comportamientos, por las canciones que oigo, e incluso por la ropa que visto, tal vez culparían a que estudio en una universidad pública, que tal vez eso daño mi pensamiento, mi familia paterna diría que eso fue porque mi mamá no pudo terminar de educarme, mi familia materna posiblemente dirá lo mismo pero de mi padre, puede ser que mi hermano se cuestione si fue un buen ejemplo para mi, o incluso se llegue a echar la culpa por lo que estaría pasando.
Por lo que pienso y leo, mi pueblo se encargaría de que mi vida de un giro de 180°, e incluso que la única solución a aquella reputación sea salir de país, porque para ese entonces, ya se encargarían que fuera noticia nacional.
Si alguien descubriera que soy una voyerista, dueña de un motel creado para espiar clientes, me encontraría atemorizada y preocupada por las consecuencias sociales, emocionales y penales que esto provocaría.
Mi ámbito social se vería gravemente afectado, perdería la confianza de amigos y familia, y probablemente dañaría las relaciones interpersonales más íntimas y significativas que tengo en la actualidad. Aquellos que me rodean se sentirían traicionados por mi actuar, y es posible que algunos piensen que así como violé la privacidad de mis clientes, hice lo mismo con la de ellos, esto generaría en mí una intensa sensación de culpa y vergüenza por lo que hice. La situación a la cual me enfrentaría me haría cuestionar mis valores y decisiones, pero lamentablemente no habría vuelta atrás; el peso emocional que esto traería consigo tendría un impacto negativo para mi salud mental, lo que podría desencadenar una depresión.
Sería expuesta públicamente por la comunidad donde vivo y por los medios de comunicación locales e internaciones, que aprovecharían esta noticia tan poco usual para lucrarse, poniéndole títulos amarillistas, despertando el morbo en público; esto dañarían aún más mi imagen y la de mi establecimiento.
Mientras continuo con este escrito, pienso en todos los posibles titulares que pondrían los medios de comunicación “Mujer es descubierta husmeando sus clientes” “Un caso más de depravación, esta vez una mujer es la protagonista” y como estos, muchos más titulares; se aprovecharían de que soy una mujer para darle un poco más de peso a esta noticia. Socialmente es mucho más común y aceptado que sea un hombre el que protagonice este tipo de situaciones.
Al encontrarme inmersa en esta situación, también enfrentaría procesos legales por violación a la privacidad de las personas, esto podría agravarse significativamente si las noticias sobre mi tendencia voyerista llegan a oídos de individuos que en algún momento visitaron mi motel y fueron víctimas de mis acciones. Podrían presentar denuncias lo que desencadenaría problemas legales aún más serios.
En conclusión, una revelación de este tipo afectaría todos los aspectos mi vida; la paz y la tranquilidad se extinguirían por completo. Ante una situación de este tipo preferiría no seguir aquí.
Si uno mismo desempeñase el papel de Gerald Foos, debería realizar un conocimiento del lugar y las personas que residen en el lugar donde me encuentro, comprendiendo las diferencias y actividades que estas llevan a cabo en su día a día, pero manteniendo la calma, cautela y rigurosidad ante los sucesos ocurridos, teniendo en cuenta muy bien los riesgos que se pueden tener en cuenta con el paso del tiempo, recibiendo diversas manifestaciones en contra mía por los sucesos ocurridos. El panorama actual en Buga Valle es muy complejo debido a que las situaciones de control que manejan las parejas son gestionadas atreves de dispositivos inteligentes que son canales de entrada para apoyar este recurso o excluir comentarios dichos por varias personas refiriéndose a una queja que tomara fuerza en su momento para intimidarte y menospreciar por tu misma culpa. Ahora existen varios medios de denuncias entre fiscales y legales que te llevaran a realizar procesos de demanda por tomar las historias de vidas ajenas y contarlas de una manera no muy decente que se refiere al resto como algo de juego exótico que no vendrá para nada prometedor en tu entorno, al darse cuenta de que tú eres una persona voyerista, puedes ser la ficha de mala reputación dañando tu dignidad y no apoyándote en nada excluido de cargos en los diferentes sectores laborales, mala referencia familiar, pagarías penalidad durante un gran tiempo tu caso estará plasmado en tu hoja de vida se te aplicarán diferentes tipos de cargos en cuanto a las reacciones realizadas en su momento con el tiempo debes validar todo manifieste en proceso de empeño hacia un futuro prometedor que te da garantías para formarte como una excelente persona que se te caracterizo en un tiempo atrás
Llegado el caso de verme en la posición de fundadora de un hotel que como objetivo principal y propio es practicar el voyeurismo sin consentimiento de los clientes, las consecuencias que se me vendrían serían muy engorrosas y vergonzosas. Es bien sabido que El cerrito es un pueblo pequeño, y que por ende los habitantes que residimos ahí nos conocemos ya sea de simple vista. Al ser así, no pasaría más de un día para que muchas personas lo supiesen; convirtiéndome de esta forma en el hazmerreír de todo el pueblo, el suceso de asombro y vergüenza del momento.
Al principio sólo serían risas y sorpresa, para así luego pasar a la ira y deseo por cobrar venganza a mano propia por parte de los clientes del motel mayormente conocido. Al ser tan pocos en el pueblo (2 moteles), casi todos alguna vez han ido a frecuentarlos y no estarán contentos al saber que su privacidad confiada en el lugar fue invadida de forma tan obscena.
Conozco la forma de actuar de los ciudadanos de aquí y empezarían con reclamos fuera de la casa, o burlas, incluso en las redes sociales tales como Facebook y WhatsApp. No solo a mí, también a mi familia que son bien conocidos; dejándolos así en total vergüenza y expuestos. Después de ello pasarían a las acciones legales, buscarían a la policía en conjunto para hallar justicia por lo ocurrido; el castigo que provenga después de ello lo desconozco actualmente, pero varios años de cárcel se avecinarían.
Si todo el proceso legal se pone en marcha, clausurarían el motel y las deudas por daños serían abismales. Por otro lado, y el más importante para cualquier ser humano con relaciones interpersonales; mi reputación quedaría completamente manchada y casi imposible de limpiar, los actos realizados como voyerista vendrían de mi mano por el resto de tiempo que me mantenga en el pueblo.
Si en el municipio de Buga me descubren como voyeur, sería, al ser una cuidad extremadamente religiosa y, por ende, conservadora, un revuelo totalmente catastrófico. Esta cuidad vallecaucana se caracteriza por su cercanía a la religión católica, por esto, gran parte de sus habitantes tienen los prejuicios determinados, lo que ocasiona que el ambiente en Buga pueda no ser apropiado para que las personas expresen libremente su identidad. Se ha visto que en la llamada Cuidad Señora, asesinan a aquellas personas que se identifican sexualmente como parte de la comunidad LGTBI; y es que, a pesar de estar en el año 2023, aun se siguen viendo comportamientos completamente conservadores y opresores hacia aquellos que piensan o actúan diferente a lo que se ha normalizado en dicho territorio. Toda la violencia que se ha vivido en la cuidad donde nací a causa de estos temas, me hace cuestionar: si se realizan prácticas discriminadoras y violentas hacia personas que deciden expresar libremente su identidad sin hacer daño a un tercero, ¿qué pasaría con aquel que se considere un voyeur, siendo esta una práctica aún más escandalizadora, o incluso, ilegal?
Si en mi cuidad natal se enteran que soy voyerista no solo habría consecuencias legales al respecto, incluso, me atrevería a decir que las autoridades serían las ultimas en actuar. Lo que principalmente pasaría sería que, con la indignación de los habitantes de la cuidad, se haría uso, como primer paso, de las redes sociales para manifestar su inconformidad con dicho acontecimiento. Se harían cientos de publicaciones con este tema, añadiendo mi información personal e incluso videos donde se podría evidenciar que estoy realizando dicha práctica. Las personas compartirían la noticia, y empezaría a recibir gran cantidad de comentarios negativos, desde insultos hasta amenazas. Al ser este un tema tan escandalizador, habría demasiada controversia y las practicas violentas hacia mí se empezarían a notar cada vez más. Me vería obligada a no salir de mi casa por el peligro que esto conllevaría, ya que las personas buscarían que asumiera las consecuencias de mis actos por su propia cuenta, pues es común el pensamiento de que las autoridades policiales no son de mucha ayuda en esta localidad. Si la situación sigue empeorando, como medida desesperada, tendría que cambiar de residencia, buscando evadir la violencia física y psicológica que las personas me estarían causando, porque, además, no contaría con el apoyo de mi familia, ya que para ellos esta practica no tiene justificación, estaría completamente sola y desprotegida. Como ultima instancia, las personas que fueron víctimas de la violación del derecho a la privacidad, tomarían medidas legales; entonces me vería enfrentada a un juicio, y, en el peor de los casos, recibiría una condenada como consecuencia a lo que cometí.
No me alcanzo a imaginar con exactitud el temor que podría llegar a sentir, y el peligro que generaría estar enfrentada ante la mirada sentenciadora de los habitantes de una cuidad extremamente religiosa y conservadora; sin duda esta sería una situación completamente intimidante.
Guadalajara de Buga es una ciudad pequeña, las personas consideran que es un simple pueblo del valle del cauca, donde su gente es amable y su gastronomía se destaca por encima de cualquier otra. Al ser un “pueblo” la mayoría de la gente se conoce entre sí y suelen tener relaciones interpersonales.
La historia de Gay Telese y El motel del voyeur se adecuaría perfectamente en uno de los escenarios de la ciudad de Guadalajara de Buga; al ser una ciudad antigua, sus casas añejas podrían albergar dicha historia, realmente retorcida y enferma. Por lo tanto, si fuera un voyerista, la historia en mi ciudad de residencia estaría plasmada en el centro de la misma; donde la clandestinidad entra en furor y al llegar la noche el centro se vuelve un lugar muy privado, lleno de actividades ilegales, drogas, prostitución y El motel del Voyeur sería una de sus principales atracciones para los que no conocen el respeto y la dignidad, sin saber a lo que se podrían enfrentar. Como dueño de dicho motel me volvería vulnerable ante la sociedad de un pueblo que es participe del chisme y donde si este no te mata, te deja la dignidad por el piso.
Donde se hiciera presente el descubrir semejante atrocidad en mi inmueble, estaría sumamente enfrentado a problemas legales y penales, a causa de un fetiche extraño, donde pongo a mis clientes como ofrenda y satisfago propio, irrumpiendo en su privacidad, obligándolos indirectamente a ser cómplices de mis actos desagradables.
Me enfrentaría a diversos sentimientos negativos al estar en boca de los habitantes, amigos y conocidos cercanos de la ciudad; a su vez, mi familia se vería gravemente afectada, al darse cuenta y conocerme como “El pervertido de la ciudad de Buga” y consigo ver mi dignidad envuelta en una historia que no se borrará nunca de una ciudad pequeña.
Finalmente, el respeto hacia la privacidad de la persona no tiene precio alguno, no se debe irrumpir en sentimientos o situaciones efímeras; respetemos la distancia impuesta por nosotros mismos y evitemos generar sentimientos de negatividad y represión por errores gravemente cometidos, donde la sociedad y la familia puedan ser los mayores afectados.
Este tipo de preguntas me hacen imaginar situaciones que quizá nunca imagine. Miedo, temor, espanto, recelo… atravesaría un sinfín de sentimientos que a su vez significan lo mismo.
Guacarí es un pueblo muy pequeño, en el que cualquier noticia se difunde de manera instantánea. La noticia de que Joan, el dueño de un motel, es un voyerista, y que utilizaba dicho recinto para satisfacer sus deseos carnales y fetichistas, llegaría a cada familia y a cada persona de manera instantánea, se difundiría tan rápido como la velocidad de la luz.
La vergüenza se apoderaría de mi cuerpo, vergüenza con mi familia, con mis amigos y con mi alrededor, pues, al saber que todos se enteraron de mi deseo culposo y no saber cómo gestionar la situación, quizá, buscaría la manera de huir, de huir del pueblo y trasladarme a un lugar en donde no me conozcan, aunque, dada la situación muy probablemente iniciarían procesos legales en mi contra, lo cual evitaría mi plan.
Mi vida en general tomaría un rumbo distinto, un rumbo caótico, me sentiría culpable por mi accionar, los procesos legales que inicien en mi contra me llevarían incluso a perder mis bienes, lo cual también generaría cambios en mí, pues incluso podría perder mi casa, tendría que reparar los daños morales causados a los afectados.
La opinión publica entraría en tela de juicio a reprochar mi accionar y no solo sería juzgado de manera legal. En definitiva, generalizando mi sentir, frente a una situación así, diría que todo se resume, en vergüenza.
Estando en esta situación mi sensatez mental estaría muy deteriorada desde un inicio, mantener un secreto de este estilo sería sinónimo de perdurar con una constante presión y ansiedad generada por el pavor de ser descubierto en algún punto, el miedo sería una sombra constante en mi vida. Si se descubriera mi actividad, mis actividades cotidianas se verían marcadas por el rechazo social. Mi casa se convertiría en una tortura emocional al verme rodeada de seres queridos con los que fracturaría mi relación, se sentirían profundamente asqueados y horrorizados por mis acciones moralmente cuestionables. Perdería todo el respeto y experimentaría una emoción de vergüenza severa al ser exhibida frente a la sociedad como una persona trastornada mentalmente, destruiría mi reputación y mi nombre se asociaría con los titulares de las noticias locales. Mi familia también cargaría con las consecuencias de mis actos al estar expuesta a comentarios hirientes y actos cuestionables contra ella, lidiarían con todo este problema por culpa de mis acciones imprudentes.
Mis redes sociales se verían afectadas con comentarios de indignación y el escándalo podría escalar a tal punto de llegar a ser noticia nacional. Mi seguridad se vería afectada y correría con el riesgo de ser atacada físicamente por mi propia comunidad.
La desaprobación social podría llegar a ser devastadora. Mis vecinos, mi familia, mis conocidos, me mirarían con desconfianza y sería condenada por estos.
Por último, acarrearía con todas las repercusiones legales por violar el derecho a la privacidad, que podrían variar desde multas económicas, arrestos o posibles embargamientos de bienes, dejándome en una ruina económica total. Perdería mi trabajo y eso afectaría mis ingresos económicos para mi sustento y para la cancelación de las sanciones legales, lo cual empeoraría el peso del problema.
El daño psicológico dejaría secuencias graves que podrían terminar hasta en un posible atentado contra mi vida. No sería capaz de cargar con la desaprobación social y la decepción por parte de mis propios seres queridos y la sociedad.
Aunque, personalmente creo que los humanos de alguna u otra forma poseemos un cierto grado de voyeurismo; seguramente, poniéndome en los zapatos de Gerald Foos no esperaria una reacción positiva por parte de los demás. Quizá la sociedad me señale, las personas me repudien, y sea motivo de habladurías durante mucho tiempo. Asi mismo, tendría el miedo de perder a mi familia, mi trabajo y hasta mi carrera. Tal vez, ese mismo miedo, fue el que sintió Foos antes de que su oscuro secreto saliera a la luz.
-Daniel Valencia.
A pesar de los problemas legales en los que me vería envuelto, seguramente se convertiría en un tema del cual hablar por mucho tiempo y generaría un temor en la comunidad al volver a visitar estos lugares. Teniendo en cuenta que estoy colocándome en los zapatos de Gerald Foss y que en este lugar es común la corrupción, se me haría fácil sobornar para librarme de todos los cargos impuestos.
Viéndolo desde otro punto de vista, sería difícil recuperarse de ese suceso. Si el motel no es clausurado, nadie confiaría y no volverían a visitarlo; si el motel es clausurado, ninguna persona de negocios confiaría en mí, porque el ser voyeur está mal visto y afectaría mi vida laboral.
Creo que se desataría un gran escándalo en mi municipio, me marcarían como una persona horrible y me juzgarían en cada esquina.
Sentiría miedo y vergüenza de salir. Las personas a las cuales espíe podría reaccionar de mala forma.
Estoy más que segura que mi familia intentaría defenderme, y aunque no quisiera, ellos también caerian conmigo, la reputación de mi familia estaría totalmente arruinada, y por ser una familia tan reconocida en mi pueblo, recibiríamos críticas e insultos, dejarían de vernos como la familia que nos ven ahora, y en mayor parte sería mi culpa.
La presión social no me dejaría vivir en paz, la conciencia de haber roto ese lazo de confianza con la comunidad que me reconoce y me voy crecer sería terrible, quiza hasta se me pasaría por la mente abandonar este mundo terrenal, por que soy una persona la cual realmente le afectan demasiado los comentarios de las personas.
Me dolería decepcionar a mi mamá y familia en general.
No podría asumir completamente el temor que podría sentir Gerald Foos porque el contexto, circunstancias, características como ser mujer o hombre, son cosas que condicionan a una misma situación para ser diferente.
Teniendo lo anterior en cuenta si alguien descubriera que soy un voyerista, dueño de un motel creado para espiar a los clientes en mi ciudad, habrían muchas posibilidades como lo es que las personas afectadas o expuestas tomen justicia por si mismos, en donde lo más preocupante en mi posición no sería el prejuicio sino mi bienestar; otro caso que se podría dar es que se diera a conocer masivamente el episodio, siendo propenso a acusaciones, violencia, prejuicios, etc.
Quizás seria un caso más de violación el cual queda en el aire, o todo lo contrario y sea mediático, en donde hay justicia por la atención publica que se tiene más que por la gravedad del asunto.
Al ser Colombia un país en donde la ley no toma las medidas adecuadas en las que se vea la justicia, ni es moralmente correcta, se pueden dar muchos escenarios en los que no sufriría las consecuencias de violar la privacidad y la integridad de las personas, como se puede dar que si sufra socialmente y tenga un proceso penal por los hechos sucedidos; lastimosamente es una delgada línea entre los dos extremos.
Como persona nos sabría que esperar, porque podría encontrar gente que entienda el porque de ser voyerista, sin embargo creo que lo aceptarían yéndose por la idea del morbo cosa que todavía no estoy muy segura que sea lo que se plantea en el texto.
No podría asumir completamente el temor que podría sentir Gerald Foos porque el contexto, circunstancias, características como ser mujer o hombre, son cosas que condicionan a una misma situación para ser diferente.
Teniendo lo anterior en cuenta si alguien descubriera que soy un voyerista, dueño de un motel creado para espiar a los clientes en mi ciudad, habrían muchas posibilidades como lo es que las personas afectadas o expuestas tomen justicia por si mismos, en donde lo más preocupante en mi posición no sería el prejuicio sino mi bienestar; otro caso que se podría dar es que se diera a conocer masivamente el episodio, siendo propenso a acusaciones, violencia, prejuicios, etc.
Quizás seria un caso más de violación el cual queda en el aire, o todo lo contrario y sea mediático, en donde hay justicia por la atención publica que se tiene más que por la gravedad del asunto.
Al ser Colombia un país en donde la ley no toma las medidas adecuadas en las que se vea la justicia, ni es moralmente correcta, se pueden dar muchos escenarios en los que no sufriría las consecuencias de violar la privacidad y la integridad de las personas, como se puede dar que si sufra socialmente y tenga un proceso penal por los hechos sucedidos; lastimosamente es una delgada línea entre los dos extremos.
Como persona nos sabría que esperar, porque podría encontrar gente que entienda el porque de ser voyerista, sin embargo creo que lo aceptarían yéndose por la idea del morbo cosa que todavía no estoy muy segura que sea lo que se plantea en el texto.
Es ciertamente muy excitante el hecho de hacer realizar actos prohibidos sin ser descubierto, está emoción reside en el propio riesgo que está actividad posee. Al igual que las personas infieles, los cleptomanos y los propios voyeuristas encuentran la emoción en lo prohibido y la significación que tiene ese propio rompimiento de las reglas que es sentirse por encima de ellas, por encima de la misma sociedad. En el momento en que una persona que realiza este tipo de actividades de manera no consensuada con el resto de participantes y son descubiertos, empezaría inmediatamente un proceso de rechazo y repudio social, osea el castigo que concientemente estaban sintiendo que evadían o que estaban por encima de el. En ese momento empezaría una destrucción total de todo su círculo social, rechazos que pueden ir de muchos niveles incluyendo la cárcel en incluso la misma muerte a manos de parejas iracundas. Siempre que se realizan este tipo de actividades estamos expuestos a ser descubiertos y tenemos que asumir los riesgos que podrían acarrear este tipo de actividades. Por mi parte me parece interesante que las personas observadas no sean conscientes porque se pueden tomar la libertad de actuar sin ningun condiciónante pero eso está sujeto al riesgo ya mencionado.
Si me sorprendieran en una situación de voyeurismo, es probable que experimente una gran variedad de emociones, sensaciones y reacciones que pueden variar según quién me descubra y las implicaciones que esta acción pueda tener en dicha persona.
Dicho lo anterior, para iniciar, realizaría una lectura de las reacciones de la persona para saber qué comportamiento tomaré en cada caso.
Si me siento juzgada moramente, podría experimentar diferentes sentimientos; pasando por la vergüenza, la culpa, el rechazo, e incluso incomodidad profunda por no sentirme comprendida, que me podría llevar a un estado de ansiedad y a tomar una postura a la defensiva para intentar justificar mis acciones y de esta forma minimizar las posibles consecuencias, entre ellas enfrentar cargos legales.
Consideremos ahora, si la persona que me descubre muestra aceptación e incluso simpatía por mis acciones y van a acorde a sus valores personales, la situación sería diferente, dado que me encontraría inmersa en un estado de afinidad con el otro, una especia de intimidad compartida por mis acciones de voyeur y mis inclinaciones por conocer y satisfacer mi interés por la vida de la gente y sus relaciones íntimas.
Ahora bien, anteriormente expuse dos situaciones según el comportamiento de la persona que me descubra. Al analizarlo desde mi contexto local (Guacarí), existirán opiniones divididas; pero predominará más la primera al ser un pueblo conservador y machista, en el que la moralidad y religiosidad dominan las acciones de muchos de sus habitantes.
Al ser un tema tan controversial, las reacciones serian inmediatas, tanto desde lo legal, hasta lo social. Las repercusiones de mis acciones serian inmensamente criticadas y juzgadas, llevaría conmigo la etiqueta de ser una persona depravada y morbosa que invade la privacidad de las personas por satisfacer sus placeres y deseos más oscuros.
Sería un tema que generaría una gran controversia al ser una mujer la que realice estas acciones abominables para muchos y tal vez admirada de lejos para otros que practican la doble moral. Al convertiste en algo masivo las autoridades empezarían a apropiarse de lo ocurrido y entrarían las acciones legales por aquellas personas que se han sentido violentadas de alguna manera por mi actuar.
Hablando desde mi núcleo más cercano, más que sentirme juzgada, siento que llegarían cuestionamientos para poder entender mi conducta y brindar el apoyo necesario para afrontar las repercusiones de mis actos.
Para concluir, en esta época sigue siendo un tema complejo que debe ser analizado con gran agilidad, porque puede tener consecuencias positivas o negativas dependiendo el caso y el contexto en el que se situé, es algo que va más allá de la acción, sino que aborda un tema ético moral, que es importante analizar antes de emitir juicios de valor.
Para mí el punto de ser voyerista es que nadie lo sepa, ni el público que busca pasar la noche en el motel, ni quienes viven en la ciudad. La emoción de mirar por los entresijos de las paredes a personas teniendo relaciones, en un momento tan vulnerable como ese sin que ninguno este consciente de que hay alguien los está viendo. Es lo que verdaderamente motiva a quiénes realizan esta práctica.
Por eso sí alguna persona de mi ciudad se diera cuenta, seguramente el rumor se extendería y con lo morbosa que es la gente, en poco tiempo sería señalada como alguien enferma. Esto tendría como consecuencia que las personas tomaran precauciones conmigo y nadie regresaría nunca a mi motel.
Esto me afectaría de gran manera en lo económico, si nadie se queda en mi establecimiento no tendría ingresos y tampoco podría pagar los gastos que implican el tener un motel. Además sé con seguridad que si un turista quisiera alojarse en mi negocio, la gente de la ciudad lo convencería de no hacerlo. Por qué cuando la opinión general decide que no se debe ir a un lugar, la población entera sigue ese mandato.
Además si sabe que el tipo de cosas que estado haciendo no se puede descartar que termine por tener problemas legales, por qué en Colombia, es un delito que te puede llevar a prisión.
Por otra parte todas las sensaciones que acompañan el voyeurismo desaparecerían, por qué lo fundamental, que nadie lo sepa y poder mirar dentro de los cuartos sin que las personas estén conscientes, ya no se lograría. Sin ser capaz de lograr esas emociones que te hacen empezar a realizar esta práctica en un principio y te incitan continuar haciéndolo, la única opción sería dejar de practicarlo y buscar algún otro tipo de parafilia que pueda proporcionar a mi cuerpo los impulsos que se consiguen a través de esto.
Para empezar, si esta situación ocurriera en un municipio tan pequeño como lo es Argelia, esta causaría un revuelo gigante y se generarían diferentes situaciones, a partir de este hecho, que afectarían socialmente al municipio y; además, afectarían mi plano personal. Asimismo, esta situación sería, seguramente, detonante de consecuencias legales
.
Existen pocos moteles en Argelia, ya que en extensión es un pueblo pequeño. Añadiendo a esto, vivimos en una sociedad que aún es muy conservadora y un hecho como la práctica del voyerismo; que es un acontecimiento tan fuera de lo común, que sale de lo establecido y que rompe las reglas, produciría tal escándalo que tendría que esconderme para que, probablemente, no sea linchado en el momento en el que se descubra. También, se generaría un estigma social tan negativo de mi persona que podría provocar que sea aislado o desencadenar al extremo de ser exiliado del municipio.
En este orden de ideas, primeramente, tendría que afrontar problemas legales. Probablemente las demandas y los problemas de tipo jurídico provocarán que tenga que cerrar el establecimiento y, seguramente, tenga que ser investigado y posiblemente enjuiciado por llevar a cabo prácticas voyeristas, ya que estas violan derechos como la privacidad y la intimidad.
Aparte de eso, este suceso causaría conmoción y alboroto en todo el municipio, del cual se puede desprender y generar la idea en el pensamiento colectivo de que en cualquier motel puede ocurrir una situación similar. Además, otros establecimientos (moteles) podrían verse afectados y se podrían producir investigaciones por la duda de que allí también se practique el voyerismo.
Finalmente, en el plano personal y familiar, tendría que afrontar la situación dando explicaciones pertinentes de mis acciones. Tendría que exponer por qué realizaba esta práctica en cuanto a motivaciones y deseos. Sé que sería juzgado por mis actos y, creo que sería lo justo, ya que mis actos traerían consecuencias significativas en muchos aspectos para las personas de mi entorno.
Este sujeto da mucho en que pensar ya que se dedicó a satisfacer sus deseos como voyeur contemplando, en secreto a cientos de parejas teniendo relaciones sexuales. Hoy en día hacer estas observaciones sin consentimiento de las parejas que ingresan a un motel es totalmente desagradable ya que es una manera perversa de quien lo hace, pero quien es uno para juzgar, cada ser humano tiene un gusto diferente y este no es la excepción.
El fetichismo, el masoquismo sexual, el sadismo sexual y el voyerismo, no son actos sexuales catalogados como delito, simplemente son actividades cuya connotación sexual obedece a las fantasías, impulso o trastorno mental de la persona.
Por un lado, como lo mencionaba anteriormente esto de espiar sin consentimiento violación al derecho a la privacidad e intimidad, por el cual tiene una condena de prisión de uno a tres años y una multa, en Colombia se considera que quien haga este tipo de actos debe tener presente que no está bien, aun así, hay hombres que te miran de una manera morbosa. Pero si en caso de que yo fuera un voyeur realmente dañaría mi hoja de vida ante la sociedad, para algunos del mismo gusto seria admirable, para los que no, realmente fuera un objeto raro.
Además, según lo que le leído de este caso, él lleva un diario detallado de cada individuo junto con el comportamiento y actividad sexual que habían mantenido. Por otro lado, se considera su voyerismo como una desviación u obsesión, sino más bien como si estuviese realizando un estudio sobre como se comporta cada una de las parejas en la intimidad de su cuarto de motel y los cambios en los hábitos sexuales que se han producido a lo largo de los años, pues incluso hace estadísticas sobre las parejas que han visitado el motel, si están casadas o no, la homosexualidad el lesbianismo, el sexo en grupo, etc.
Personalmente, creo que todos los seres humanos poseemos un cierto grado de voyerismo, pero poniéndome en el lugar de Gerald Foos no esperaría una buena reacción por parte de los demás. Quizá me vería sumergido en un estado de trance, perdería la conciencia del mundo exterior; al igual, tendría temor sobre la percepción y reparo de las personas al ser descubierto. Se que me señalarían, me enfrentaría a problemas legales, me ganaría el repudio de la comunidad en general, pues formando parte de un entorno tan hostil, pequeño, arcaico, machista y cerrado, tal vez, me aislarían de la sociedad . Así mismo, mi reputación, mis relaciones sociales, y mi familia serian motivo de habladurías durante mucho tiempo.
Aunque, los otros nunca verían que esta condena social no repararía el daño que ya se ha hecho. Por un lado, las víctimas vivirían con la constante angustia, paranoia y falta de confianza al saber que fueron abusadas de su privacidad; y por el otro lado, colectivamente, construirían un muro entre “yo “ y “el mundo”. Sé, que al pasar los años estaría sujeto a la estigmatización, y estereotipacion de la gente, seria muy difícil volver a comenzar desde cero, volver a ganarse la confianza, y la buena imagen ante todos, que en la actualidad es lo que más importa, porque así como hay voyeristas entre nosotros, hay también asesinos, pedófilos, feminicidas, etc…pero no se les juzgará de la misma manera por el simple hecho de que el sesgo recae en un secreto que hiere la sensibilidad de la población.
Posiblemente, el miedo del que les hablé a lo largo de este escrito, fue igual al que sintió Foos antes de que su confidencia y la de su motel saliera a luz.